Introducción:
La epidemia de HIV se encuentra aún lejos de ser controlada en nuestro país. Se estima que por lo menos un tercio de los infectados desconoce su diagnóstico. La estrategia 90-90-90 propuesta por la OMS requiere el 90% de diagnósticos en la población para controlar la epidemia. En 2 estudios anteriores comprobamos la aceptación de la gente a realizarse el test de HIV sin solicitud médica previa, obteniendo buenos resultados. En este estudio analizamos este formato llevado a la práctica diaria.
Objetivo:
Evaluar el rédito diagnóstico de una forma nueva de acceder al análisis de HIV al momento de realizar un laboratorio de rutina sin pedido médico previo.
Material y métodos:
En 2 estudios previos (SADI 2013 y 2016) la aceptación de las personas a realizarse un análisis de HIV sin solicitud médica, al momento de concurrir al laboratorio por otro motivo fue muy alta (57-80 %).
Con este antecedente incorporamos esta práctica al quehacer diario y evaluamos el resultado luego de 3 meses. Las personas que concurrieron a extraerse sangre para análisis de rutina solicitado por cualquier médico tenían acceso, junto a la ventanilla de recepción, un texto de 250 palabras con la información del pretest: descripción de la enfermedad, formas de contagio, método diagnóstico a utilizarse, posibilidad de falsos positivos y negativos, confidencialidad en el manejo de las muestras, resultados e identidad, acceso a atención médica universal y posibilidad de tratamiento. Además contenía la autorización para ser firmada por el paciente. El método diagnóstico fue ELISA HIV 1/ 2 antígeno-anticuerpo (cuarta generación).
En un hospital público general de referencia analizamos todas las solicitudes de HIV incluyendo esta nueva metodología.
Resultados:
Entre el 1/01 y el 31/03/2017 se realizaron 1071 análisis de screening de HIV. Positivos 21 (1,96%). Rango de edad 15 – 65 años, mujeres 70%. Los diagnósticos positivos según el origen del pedido fueron: consultorios externos 592 (6 HIV +), guardia 121 (3 HIV +), internación 180 (3 HIV +), centros periféricos 109 (0 HIV +), CEPAT 76 (2 HIV +), testeo al momento de otro laboratorio 69 (0 HIV +).
Conclusiones:
La cantidad de personas que se realizaron un análisis de HIV agregándola a un laboratorio de rutina fue baja (menor a estudios anteriores).
Este método no contribuyó a aumentar la detección en nuestra institución.
La mayor cantidad de diagnósticos fue por consultorio pero el mayor rédito fue por guardia (diagnósticos tardíos).
Más allá de facilitar la realización del testeo a personas que acuden al sistema de salud hay que estimular a la comunidad a acceder al análisis en formas no tradicionales fuera del ámbito de los hospitales.